Diferencia entre ciudadanía y nacionalidad

Dicho de otro modo, la causa de su otorgamiento son por razones jurídicas por cumplir una serie de requisitos que pueden obedecer a una política específica del Estado, como por ejemplo, reconocimiento del derecho de sangre a los descendientes de italianos, protección familiar a italianos por extensión, unidad familiar, facilitar el enrolamiento de más efectivos en el ejercito, facilitar la entrada a nuevos trabajadores, empresarios o inversionistas que teniendo vínculos de sangre puedan adquirir la ciudadanía y así colaborar con el mejoramiento de la economía transalpina. Los motivos de su otorgamiento pueden ser por causas varias, dependiendo del objetivo político del Estado.

No hay que confundir tampoco este concepto con el de residencia o con el de estadía. La ciudadanía italiana otorga una serie de derechos y beneficios, como en este caso serían poder residir y trabajar en Italia o en la Unión Europea, entrar sin visado al espacio Schengen de la UE, no pagar fees internacionales al hacer estudios en Italia, ejercer el voto para cargos de libre elección popular, etc, y a la vez también trae una serie de responsabilidades, como ser llamado al servicio militar en caso de un conflicto bélico grave, prestar ayuda a la nación en caso de emergencia, el deber de ejercer el sufragio, etc.  Ciertamente, también se puede ser nacional y ciudadano simultáneamente.

La Nacionalidad por su parte es un concepto de tipo cultural, aunque según la legislación de cada país, hay veces en que puede significar la misma cosa que la ciudadanía. Por lo general, la nacionalidad obedece a un vínculo más espiritual, de identificación, de sentirse parte de un pueblo con unas costumbres específicas, lengua, religión, etc. También se considera a un nacional al que ha nacido en un territorio determinado (por el ius soli o derecho a suelo) o vivido allí durante mucho tiempo siendo parte integrante de esa sociedad, mientras quien ostenta la ciudadanía no necesariamente ha nacido allí o reside en ese país. A esto se aúna el concepto de temporalidad. Mientras un nacional se siente vinculado a una nación o pueblo de por vida, un ciudadano, por razones jurídicas o económicas, puede cambiar a voluntad de ciudadanía.

En este sentido, es curioso ver a una buena parte de solicitantes a la ciudadanía italiana que no hablan el idioma, quizás nunca hayan visitado Italia o no conozcan a sus familiares ni su provincia de procedencia, o saben poco o nada de su cultura. Hay mucha sensibilidad en Italia a nivel político, por las consideraraciones de a quien o no debería otorgársele la ciudadanía italiana debido a si hay o no lazos afectivos con el país. El pasado mes de junio, un tema referente al ius solis sobre el otorgamiento de nacionalidad a hijos nacidos en Italia de padres extranjeros derivó en un acalorado debate en el seno del Congreso Italiano entre la facción política de la xenófoba Lega Nord (Liga Norte), el partido M5S (Movimiento 5 estrellas) y otros partidos. 

Otra diferencia notable entre ambos conceptos, es la subsidiariedad. La Nacionalidad puede partir originariamente del ius soli o derecho a suelo, es decir, eres nacional por el derecho de nacer en un territorio, en el espacio greográfico de un país. La ciudadanía puede derivarse de la nacionalidad y nunca al contrario. Así quienes piden la ciudadanía italiana fuera de Italia, la tramitan por el derecho consanguíneo de alguién que ya tiene o tuvo el ius soli, o sea, de alguién nacido en territorio italiano (un nacional), para dársela a sus descendientes extranjeros (ciudadanos).

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