Todos los menores extranjeros presentes en Italia tienen derecho a la educación y acceso a todas las escuelas bajo las mismas condiciones que los ciudadanos italianos.
Este derecho es independiente de la regularidad de su residencia o la de los padres, siempre que la relación de parentela haya sido demostrada.
La relación entre el niño y los padres, debe ser comprobada por un documento traducido, como el acta de nacimiento o inscripción del niño en el pasaporte de los padres. Ante la falta de tales pruebas, el niño se puede inscribir, pero la relación debe ser demostrada dentro de los próximos 6 meses. De no ser así la escuela puede reportar a las autoridades judiciales de menores.
Los estudiantes extranjeros pueden matricularse en la clase que les corresponda según la edad del niño. Luego cada escuela determinará si el niño es asignado o no a una clase diferente de acuerdo al nivel de sus capacidades y preparación que el estudiante haya obtenido en su país de origen.
Publicado el
lunes 10 agosto de 2015
Fuente: Novecentoweb