Tanti auguri Roma: repaso desde su fundación hasta hoy

Roma: Tres milenios de historia de la gran Metropolis de la humanidad.

“La leyenda dice que dos hermanos gemelos, Rómulo y Remo, hijos de la princesa Rea Silvia y del dios Marte, siendo muy pequeños fueron dejados en una canasta flotando en el río Tiber para ser salvados de la ambición de su tío, que quería usurpar el trono. Una loba los vio, los salvó y los crió amamantándolos como a sus propios hijos. Luego fueron encontrados por una pareja de pastores. Ya adultos se vengaron de su tío y fundaron Roma. Pero la ambición de poder los separó, haciendo que se enfrentaran entre ellos. Tras vencer a su hermano, Rómulo se convirtió en el primer rey de Roma”. 

Roma fue la primera gran metrópolis de la humanidad y centro de una de las civilizaciones antiguas más importantes, con gran influencia en la sociedad, la cultura, la lengua, la literatura, la música, el arte, la arquitectura, la filosofía, la gastronomía, la religión, el derecho y la moral de los siglos sucesivos.

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En el centro de lo que hoy conocemos como Italia, entre los siglos VIII y VII antes de Cristo, se formaron las primeras aldeas que dieron origen a la ciudad de Roma, ciudad que en un principio fue una pequeña y dominó otras ciudades vecinas, convirtiéndose en una ciudad-estado monárquica. Gracias a sus conquistas, Roma se fue extendiendo hasta ocupar todo el mundo mediterráneo, llegando luego a formar el imperio más grande de la antigüedad, expandiendo geográficamente su cultura a todos sus dominios.

La sociedad romana estaba divida, en sus comienzos entre los patricios, los clientes, los plebeyos y los esclavos.

• Los patricios: eran los únicos ciudadanos romanos que podían votar y ser elegidos para cargos públicos o religiosos, eran lo más poderosos y dueños de las tierras.
• Los clientes: eran los extranjeros que estaban bajo la protección las familias patricias, recibían ayuda económica a cambio de trabajo y participación en la guerra.
• Los plebeyos: eran el pueblo, extranjeros y clientes que ya no contaban con la protección de los patricios, eran libres, pero no ciudadanos, no podían votar, ocupar cargos políticos ni religiosos, ni casarse con miembros de las familias patricias.
• Los esclavos: eran prisioneros de guerra, realizaban las tareas más pesadas y no tenían derechos.

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El período de la monarquía duró 244 años, desde 753 hasta el 509 AC y a partir del año 509, Roma se convirtió en una república. En un comienzo se trataba de una República aristocrática que fue evolucionando hacia formas más democráticas, gracias a la lucha constante de los plebeyos, aunque siempre se mantuvieron las grandes diferencias sociales y económicas. Después de cinco siglos la república acabó por derrumbarse transformándose en un Imperio. 

Los romanos crearon grandes espectáculos públicos bajo el lema «pan y circo», es decir, que mientras al pueblo no le faltara ni el pan ni la diversión no habría peligro de revueltas populares. Esta etapa finaliza con la caída del Imperio de Occidente en el 476 por invasiones bárbaras. Para los  historiadores este hito marca el comienzo de la edad Media.

Si bien, durante la edad media Roma estuvo marcada por las luchas entre las familias nobles ligadas a los papas y aquellas ligadas al extinto imperio, que frenaron el desarrollo del área central de la ciudad hasta el siglo XVI. También fue la ciudad considerada como centro político del mundo, y gracias al poderío de los papas, se confirmó como ciudad pontificia, y durante casi cuatro siglos estuvo bajo el completo dominio de los papas.

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Ya en la era moderna, luego  del Concilio de Trento, la ciudad se caracterizó por una renovación urbanística: los nobles y las familias cardenalicias poderosas abandonaron sus palacios en el centro para construirse nuevas moradas sobre las colinas, y se desarrolla una gran obra de modernización arquitectónica, cultural y económica de la ciudad, incluyendo la inauguración de la nueva basílica de San Pedro, emblema del dominio papal.

Con el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte, Roma pasó a formar parte del Primer Imperio francés (1808). El mismo Napoleón encargó al artista Antonio Canova que modernizara la antigua capital imperial. La era napoleónica concluyó con una serie de encuentros bélicos decisivos, entre ellosla batalla de Leipzig (1813) y la batalla de Waterloo (1815), imponiendo de nuevo el dominio papal en la ciudad, dominio que finalizó, al menos en aquiellas condciones, luego del Congreso de Viena y de una toma de la ciudad.

En 1861 se lleva a cabo la unificación de Italia, proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de distintos estados en los que la península Italica estaba dividida. Recién en 1871 fue incorporada Roma al Reino de Italia, a excepción del Palacio Vaticano, el Laterno y la Villa Pontifica de Castel Gandolfo que le fueron concedidos a la Iglesia Católica.

Hoy Roma es una ciudad con casi tres millones de habitantes, es la capital de la región del Lacio y de la República de Italia, y es, asu vez, la ciudad con mayor concentración de bienes históricos y arquitectónicos del mundo y es la máxima expresión del patrimonio histórico, artístico y cultural del mundo occidental.

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